Los glóbulos rojos se producen en la médula ósea, a partir de células madre que se multiplican a gran velocidad.
La producción de glóbulos rojos esta regulada por la eritropoyetina, que es una hormona producida por el riñón. Una disminución de la oxígenación de los tejidos aumenta la producción de eritropoyetina, que actúa en la médula ósea estimulando la producción de glóbulos rojos
La eritropoyetina es una hormona producida por el riñón, cuya función es mantener constante la concentración de glóbulos rojos en la sangre. Normalmente, los glóbulos rojos se forman y se destruyen a la misma velocidad. No obstante, si el riñón percibe un descenso en la circulación de glóbulos rojos, libera EPO con el fin de estimular la producción de glóbulos rojos en la médula ósea. La eritropoyetina comenzó a sintetizarse en laboratorios en la década de los 80 con fines terapéuticos. Estaba indicada en pacientes con anemias graves, que pueden estar causadas por insuficiencias renales o procesos tumorales, con el fin de inducir un aumento de la concentración de glóbulos rojos.
Fisiología
La EPO tiene un papel fundamental, como se ha visto, en el número de globulos rojos De hecho su principal misión es acelerar el proceso de maduración de estas células, consiguiendo aumentar su porcentaje en sangre. (lo que se conoce como hematocrito).
Los hematíes, eritrocitos o glóbulos rojos son las células encargadas fundamentalmente del transporte de oxígeno a las células del organismo. Cuando el aporte de oxígeno se reduce, (por que el sujeto está a una gran altura donde la presión del oxigeno en el aire es menor, o padece una enfermedad pulmonar que dificulta la captación de oxigeno del aire) unos sensores no bien conocidos aún estimulan la liberación de EPO desde los riñones, hasta que, al aumentar el número de eritrocitos en sangre, se vuelve a recuperar el aporte adecuado de oxígeno.
La producción de eritropoyetina se produce principalmente en las células peritubulares de la corteza renal, aunque existe una síntesis de pequeño volumen a nivel hepático (una séptima parte de la secreción renal) Es una proteína de 193 a.a., de la que los 27 primeros a.a. ( residuo hidrifóbico) se dividen durante la secreción, siendo la proteína madura final altamente glicosilada ( 40% carbohidratos) y de un P.M. 30.400. La glicosilación es importante para prolongar la vida media de la misma, no así su actividad biológica. La EPO es resistente a la desnaturalización por los agentes reductores, al calor o los álcalis.
Siempre hay niveles detectables de eritropoyetina en plasma (nunca está ausente en el plasma, ni en los enfermos anéfricos ni en casos de policitemia o en pacientes politransfundidos), y éstos pueden aumentar 100 veces o más en anemia o hipoxia ( ver NOTA2 más abajo) El catabolismo de la EPO es más lento que el de otros factores de crecimiento y al parecer, el riñón juega un papel en el mecanismo de su catabolismo.
En la hipoxia hay una disminución en los gradientes de iones con un concomitante aumento de la concentración celular de los iones sodio, hidróxido y calcio, este último ión al aumentar intracelularmente activa la fosfolipasa A2 lo que origina la secreción de prostaglandinas, prostaciclina, adenilciclasa y del AMP cíclico.
Existe una relación inversa entre los valores de EPO y los de hemoglobina cuya barrera se sitúa en los 10.5 gr% de hemoglobina. Por encima de estos niveles se puede perder esta relación, también podría ocurrir lo mismo es pacientes renales con creatinina superior a 1.5 mg/ dl.
La acción de la eritropoyetina es en la CFU-E para aumentar su supervivencia y maduración terminal. Existen receptores para la EPO en la placenta y en los progenitores eritroides, con alta o baja afinidad, dependiendo de las circunstancias clínicas, ya que en algunos casos pueden estar estimuladas todas las estirpes celulares sanguíneas y en otros casos sólo en algunas. La EPO mantiene activo el pool de células progenitoras sanguíneas y estimula su diferenciación. Las células eritroides maduras no conservan receptores para la EPO por lo que éstas ya no pueden responder a la acción de la misma. El receptor de la EPO pertenece a la superfamilia de los receptores de citokinas
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