Si en un momento determinado la presión sanguínea se incrementa por sobre ciertos niveles, los baroreceptores aórticos y del seno carotídeo son distendidos y envían señales aferentes a través del nervio vago y de Hering (que se une con el glosofaringeo) respectivamente. Las señales entran al grupo respiratorio dorsal del bulbo raquídeo y desde allí se envían señales a dos centros nerviosos:
a) Se inhibe al centro vasocontrictor, produciendo vasodilatación y
b) Activa el centro vagal, el cual disminuye la frecuencia cardíaca y la fuerza sistólica.
En ambos casos, la acción restaura la condición normal disminuyendo la presión sanguínea.
Esta situación ocurre de manera inversa si ocurre una baja en la presión sanguínea.
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